Desde Correo lamentamos y condenamos que por estos días haya ciudadanos que estén acudiendo a las casas de autoridades electorales y periodistas, a fin de hostilizarlos en medio de la coyuntura caldeada y conflictiva que vivimos mientras no concluye el conteo de votos tras la segunda vuelta y no hay ganador o ganadora.

Lamentablemente, esta situación no es de hora. En noviembre pasado, tras la vacancia de Martín Vizcarra, hubo personas –incluso algunas que hoy reclaman por los hechos vividos en estos días– que acudieron a las viviendas del expresidente Manuel Merino y el expremier Ántero Flores-Aráoz o del periodista Beto Ortiz, para hacer lo mismo.

Tanto lo sucedido a fines del año pasado, como lo que ocurre ahora, es un atropello inaceptable que debe ser condenado por todos los ciudadanos y castigado por la justicia. Nadie puede extorsionar al resto de personas con movilizaciones a sus casas, para que actúen o piensen como ellos quieren. En una democracia como la que hoy gozamos, esto no se puede permitir.

Desde estas páginas expresamos nuestra solidaridad con las víctimas de estos hechos que no deberían darse nunca más.

Queda esperar con serenidad y madurez el pronunciamiento final de las autoridades electorales.