La libertad de expresión y prensa no deben utilizarse para promocionar ni congraciarse con “pseudo manifestantes” que actúan de forma violenta contra quienes no participan en las protestas y atentan contra la vida de policías. Es contradictorio que algunos medios promocionen y políticos elijan protestar y marchar contra el gobierno y el Congreso exigiendo que se “vayan todos”. Lo que buscan es un presidente genuflexo, que satisfaga sus intereses electorales ante la cercanía de las elecciones, como ocurrió con Francisco Sagasti que engendró a Castillo.
Resulta contradictorio que en una marcha contrala inseguridad ciudadana se terminen hiriendo a 90 policías, quienes resguardan y defienden incluso la de sus agresores, hechos que pasan a segundo plano por la lamentable muerte de un ciudadano que se usa políticamente sin respetar el sufrimiento de los deudos.
No cabe duda que vivimos en un país de contradicciones, hace algunas semanas, la entonces fiscal de la Nación, Delia Espinoza, pedía declarar ilegal y eliminar la inscripción del partido Fuerza Popular por supuestas conductas antidemocráticas como promover atentados contra magistrados, funcionarios, opositores, periodistas y medios, en resumen, un acoso sistemático contra personas que les parezcan incómodas, legitimar la violencia como método para la consecución de objetivos políticos.
¿Existen comunicadores y medios de comunicaciónazuzadores de la violencia desatada? De ser así, ¿cómo actuará la citada fiscal? ¿Cumplirá con su función constitucional frente a los políticos y artistas instigadores, y seudo manifestantes que han atacado a policías y destrozado bienes públicos y privados? ¿O es que dichas conductas son pacíficas y democráticas?