La presidenta Dina Boluarte tiene hasta el 11 de abril de este año para convocar a las elecciones generales que se llevarán a cabo un año después, y es de esperarse que una vez que esto ocurra y formalmente entremos en la etapa preelectoral con miras al 2026, el Congreso tenga a bien suspender las semanas de representación a fin de que no sean aprovechadas por los parlamentarios que van a la reelección, para hacer campaña con recursos públicos y en momentos en que deberían estar trabajando en sus regiones.

Tengamos en cuenta que en las semanas de representación que se dan incluso en épocas de receso parlamentario como la que se vive en estos días, los legisladores reciben pasajes y viáticos para ir con sus asesores a sus regiones de origen para que estén en contacto directo con sus representados. Sin embargo, hay denuncias del mal uso de estas jornadas para promocionar a los legisladores a diferencia de antes, ahora sí puede ser reelectos.

Por eso, las semanas de representación deberían suspenderse hasta el fin de la primera vuelta en abril del 2026.

Si quieren viajar a cazar votos para repetir el plato a partir del 2026, que lo hagan con su plata y no sacándole la vuelta al Estado y a los ciudadanos que pagan esos viajes por el interior del país o los recorridos que hacen por Lima por representantes por la capital. Exijamos juego limpio en estas elecciones. No a más otorongadas.