De analfabetos
De analfabetos

Escribimos tiempo atrás que, en nuestro medio, la política se hacía cada vez más analfabeta. Pero en realidad, somos los políticos quienes estamos cada día más analfabetos; con la ralea de partidos, dirigentes, parlamentarios, caudillos que nos gastamos, ayunos de formación ideológica, política, programática o de valores humanos. Salvo excepciones, por cierto.

Pero ya no es solo la política la que sufre esta invasión analfabeta. Esta se va extendiendo como mancha de aceite por otros predios profesionales, académicos, técnicos, empresariales. Con el cuento de que la ciencia, la técnica, la tecnología, son lo supremo, la educación se convierte en un instrumento utilitario, no para formar seres pensantes sino simples ejecutores, para mandar u obedecer, para repetir; no se nos enseña ni enseñamos a pensar. Y qué penoso impacto tiene ello en la vida, particularmente en la política. Gentes que solo piensan en "llegar", no importa cómo, para qué, menos aún con quién o con quiénes. "Llegar" es el valor supremo, aunque se atropelle todo derecho, toda legalidad, toda ética y moral. En este Congreso, por ejemplo, tenemos aleccionadoras muestras de los que "llegaron".

OTROSÍ DIGO: William Paco Castillo, abogado defensor de Alberto Fujimori, afirmó con gran soltura en un canal de televisión: "Como dijo SÓCRATES, el hombre es un animal político".

Como sabe, supongo, cualquier egresado de una universidad, el autor de tal frase es ARISTÓTELES. Sócrates no tiene mucho que ver con la filosofía aristotélica y ambos, imagino, estarán de acuerdo sobre a quién, en este caso, le correspondería lo de animal.