Uno de los pilares de nuestra economía, reconocido a nivel internacional, ha sido la fortaleza macroeconómica. Una inflación baja, un manejo responsable de la deuda pública y un déficit fiscal reducido han contribuido a consolidar la estabilidad fiscal de nuestro país, ubicándolo entre los más sólidos de la región.
En los últimos años, esa fortaleza viene siendo amenazada a raíz de una serie de normas aprobadas por un Congreso desatado que, ante la debilidad del Ejecutivo, hipoteca las finanzas públicas por intereses particulares. De espaldas al pueblo, impulsa leyes que generan gastos superfluos para el Estado sin considerar sus fuentes de financiamiento. Así lo confirma un reciente informe del Consejo Fiscal: solo desde agosto de 2024, la implementación de las cinco leyes con mayor impacto sobre las finanzas públicas tendría un costo fiscal cercano a S/ 22,000 millones anuales.
Además, actualmente el Congreso viene promoviendo iniciativas legislativas con impacto fiscal adverso. El costo anual de las diez más costosas superaría los S/ 25,000 millones. Atrás quedarían los resultados que mantenían la deuda pública apenas por encima del 30% del PBI, y ni qué decir del cumplimiento de la regla fiscal, que en 2025 también se rompería, con un resultado superior a la meta del 2.2% de déficit fiscal.
Pérdida de confianza, aumento del costo del crédito y restricciones presupuestarias para cumplir funciones fundamentales del Estado (como asegurar servicios públicos de calidad) son las consecuencias a las que conduciría esta situación. El déficit se cubre con deuda o con mayores impuestos. Por un lado o por el otro, se perjudica el bienestar general.




