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Ambicioso y alentador el discurso de Fernando Zavala en el Congreso. Mientras escribo este artículo, el debate parlamentario debe definir si hay voto de confianza. No recuerdo un jefe de Gabinete que, en los últimos 16 años, haya reconocido lo hecho en economía y lucha contra el terrorismo en el gobierno de Fujimori. Si bien es un gesto para Fuerza Popular, mensajes así acercan a la reconciliación que necesita el país. La década fujimorista ha dejado desaciertos y graves violaciones sabidas por todos, pero es digno destacar que un gobierno democrático diga en voz alta lo positivo de ese régimen.

De los varios mensajes de Zavala, me quedo con el agua y desagüe para los 4 millones de peruanos que no tienen tan vital recurso. Se debe pensar en alianzas con privados, pues la capacidad estatal no alcanzaría para llegar a la meta. Lo mismo pasa con la pavimentación de las vías nacionales, se necesita a las grandes empresas. Modelos como los del Municipio y Rutas de Lima pueden ser replicados. En educación vale lo del piso salarial, pero se debe incidir más todavía en la meritocracia y en aislar al Sutep.

Veo los mejores propósitos contra la inseguridad ciudadana, pero no siento que Zavala haya encarado el problema desde su raíz. Si bien menciona a sicarios y extorsionadores, y habla de un nuevo Vraem, en ningún momento conecta al narcotráfico como el primer promotor de los hampones que trabajan para ellos. Sí aborda la inteligencia, así que por ahí se podrán lograr las grandes capturas que el país reclama. El gobierno ya ganó la confianza en la calle, ahora toca sorprender y actuar.

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