En tiempos en que el país parece debatirse entre la urgencia y la desconfianza, CADE Ejecutivos 2025, el mayor evento empresarial promovido por IPAE, asume un propósito distinto: pasar de la reflexión a la acción. No será (ni aspira ser) un espacio de lamentos, teorías, ni diagnósticos repetidos. Este año, el foco estará puesto en acciones concretas, medibles y articuladas con la agenda nacional, porque el Perú necesita menos discursos y más acción y con mayor razón teniendo en cuenta que IPAE, históricamente, no representa intereses particulares, sino que actúa bajo la premisa de la neutralidad.
Durante décadas, CADE Ejecutivos ha sido el punto de encuentro más importante del liderazgo empresarial, académico y social peruano. Pero 2025 no será un año más. Nos enfrentamos a una coyuntura preelectoral que exige decisiones de impacto, no solo declaraciones de intención. Por eso, cada propuesta que surja en esta nueva edición deberá tener tres condiciones: claridad en el objetivo, viabilidad en su implementación y compromiso verificable en el tiempo. IPAE busca ser un puente de confianza entre la empresa privada, el Estado y la sociedad, demostrando que el sector empresarial puede ser motor de progreso y no de privilegios.
El país requiere una nueva forma de liderazgo: uno que no mida su éxito por la elocuencia del mensaje, sino por la transformación que deje. Los paneles de CADE 2025, cuidadosamente diseñados por una línea conductora, estarán guiados por ese principio y por el propósito de promover el respeto al estado de derecho, la predictibilidad institucional y la meritocracia como pilares de la confianza. IPAE entiende que el desarrollo del Perú no se logra desde Lima ni solo desde la empresa, por eso, fomenta la participación descentralizada de sus foros y promueve el liderazgo joven a nivel nacional, con voz y participación.
La credibilidad del empresariado y la esperanza ciudadana se reconstruyen con hechos. Por eso, CADE Ejecutivos 2025 será un punto de inflexión: un espacio donde las palabras se conviertan en compromiso y los compromisos, en resultados. Porque ya no basta con imaginar el futuro, ¡es hora de construirlo!




