Cuando la culminación de la vigencia del Registro Integral de Formalización Minera (REINFO) es un clamor de la ciudadanía, especialmente tras el brutal asesinato de 13 trabajadores de una empresa minera en Pataz, sierra de la región La Libertad, tenía que aparecer el Poder Ejecutivo para, a través del reglamento de su ya cuestionada ampliación dada por el Congreso, hacerlo hereditario, lo cual es un guiño a la minería que opera en la sombra y una burla a todos los peruanos.

Para nadie es un secreto que este Congreso de delincuentes, pillos e impresentables está infiltrado por las economías ilegales, especialmente la minería ilegal, esa nefasta actividad que contamina, depreda, no tributa, y genera explotación laboral y sexual. Veamos lo que sucede en Pataz, Madre de Dios o Puno. El fin de semana hemos sabido que cinco personajes metidos hasta el cuello en esta actividad, son afiliados a Podemos Perú, el partido de José Luna Gálvez. No perdamos esto de vista.

Sin embargo, el que el REINFO sea ahora hereditario ha salido del Poder Ejecutivo a través de un decreto supremo, por lo que los peruanos tenemos derecho a sospechar que la minería que opera al margen de la ley también ha echado putrefactas raíces en el Ministerio de Energía y Minas, la Presidencia del Consejo de Ministros y la propia Presidencia de la República, pues en la práctica están extendiendo este cuestionado registro que hace tiempo debió ser dejado de lado.

El REINFO fue creado en 2016 como un mecanismo “temporal” para la formalización, pero en casi diez años no ha tenido los resultados esperados. Al contrario, ha permitido cubrir de legalidad a una actividad ilegal que tiende a expandirse con una veta de violencia que se ha salido de control, tal como se muestra a diario en la provincia liberteña de Pataz pese a los reiterados estados de emergencia. Son varios los congresistas que cargan con esta responsabilidad.

Está previsto que el ministro de Energía y Minas, Jorge Montero Cornejo, acuda en la tarde de hoy a la Comisión de Energía y Minas del Congreso a explicar cómo es que gracias a un sospechoso decreto supremo, el REINFO se transfiere de padres a hijos, con lo que se perpetúa algo que más bien debió ser eliminado hace tiempo, pero que se ha mantenido gracias a un grupo de legisladores a los que no habría que perder de vista. Los hay en casi todas las bancadas.