Andrea San Martín es el lanzamiento más reciente. La jovencita que debe su popularidad a sus peleas de pareja con el modelo Sebastián Lizarzaburu se convirtió de la noche a la mañana en comunicadora y flamante conductora de Hola a todos, programa que pretende desarrollar periodismo de espectáculos en las mañanas de ATV. Fue presentada por todo lo alto y con gran pompa. Semanas antes, Jazmín Pinedo, exparticipante de Esto es guerra, igualmente fue considerada como la más capaz para estar al frente de Espectáculos en Latina y, casi al mismo tiempo, Natalie Vértiz fue elegida para estar al frente de los comentarios faranduleros en el mediodía y noche en América Noticias. Coincidencia o no, las tres exparticipantes de realities de moda. Quitémonos cualquier asomo de prejuicio, no pretendemos negarle el derecho de superarse a nadie, tampoco el de enfrentar retos, pero seamos realistas, hagamos un rápido repaso en lo que respecta a programas periodísticos especializados en televisión. ¿En los deportivos se contratan para la conducción a actores, cantantes o similares? No. ¿En los de economía o políticos? Tampoco. Pero claro, el espectáculo para muchos es un género menor, cualquiera puede hacerlo. Todos pueden entrevistar y también opinar. Solo basta ser simpático, en algunos casos deslenguado y listo. Reafirman los estereotipos de que el periodismo de farándula es solo puro divertimento. ¿Y es que realmente en eso se han convertido los programas de espectáculo en televisión? ¿Se necesitan precisamente conductores y comentaristas que refuercen ese concepto? Lamentablemente, es una realidad y es por eso que meten a todos en el mismo saco. Para desarrollar los contenidos que se presentan actualmente solo vale el talento para el raje, el ataque o el “publicherry”, vale decir la promoción de los programas del canal. No hay más, no se exige nada más a quienes están frente a las pantallas. El periodismo de espectáculos va más allá de eso, del mero bochinche en el que se han convertido en la televisión abierta y en el que nunca se podrá disfrutar de una buena charla con un verdadero artista o el disfrutar de la propuesta musical de un cantante o banda de moda. Eso es impensable en estos tiempos. Pero no todo está perdido, en los productores de este tipo de programas está la decisión de empezar a cambiar, si es que hay ganas de hacerlo y no sucumben a la tiranía del rating y del minuto a minuto. Y a los estudiantes de comunicaciones, no se desalienten, sigan estudiando que no solo pasando por un reality tendrán un espacio en la TV.