La presidenta Dina Boluarte parece obstinada en tomarle el pelo a los peruanos respecto ya no solo al llamado “caso Cofre”, sino también en el relacionado a la intervención quirúrgica a la que se sometió en junio del 2023, pues frente a ambas investigaciones dispuestas por el Ministerio Público, no ha hecho más que movilizar a sus abogados a fin de tratar de impedir que se conozca toda la verdad, algo reñido con la conducta que debe mostrar toda autoridad frente a sus gobernados.
Ya es conocido que en dos oportunidades se ha negado a responder preguntas en el Ministerio Público por el “caso Cofre”. Ha apelado a un abogadil vencimiento de plazos aún no resuelto en última instancia, para no aclarar este asunto que tiene que ver con una salida de la mandataria a un balneario del sur de Lima, en una zona donde habría estado escondido Vladimir Cerrón. La jefa del Estado dice que se trató de un paseo familiar. Si es así, entonces, ¿por qué tanto misterio? Que se lo diga al fiscal y punto.
Pero ahí no queda la vocación por el “enigma” de la presidenta Boluarte. El domingo último, a través de Cuarto Poder, los peruanos hemos sabido que la jefa de Estado ha acudido al Poder Judicial para impedir que en su investigación, el Ministerio Público pueda conocer su historial médico, lo que permitiría esclarecer el tipo de intervención quirúrgica a la que se sometió en 2023 en la clínica del cirujano plástico Mario Cabani, quien afirma estar dispuesto a decir toda la verdad.
En una presentación al país en diciembre último, la mandataria, acompañada de sus ministros, muy molesta, pidió al Ministerio Público que la cite para aclarar ambos casos, tanto el del “cofre” como el de la operación que, según la señora, fue un asunto de salud y no “estético”. Sin embargo, a la hora de la hora, vemos que está apelando a cualquier figura legal para que no se llegue al fondo de estos asuntos que llevan meses de meses creciendo como bolas de nieve.
El que no tiene nada que ocultar y lleva la verdad de su lado, no tiene por qué apelar a recovecos legales para no aclarar las cosas. Si en realidad el paseo al sur de Lima fue por una visita familiar, y si la intervención del cirujano Cabani se debió a un tema de salud respiratoria, por qué tantas evasivas, por qué afectar tanto la gestión de gobierno y el avance del país con asuntos que podrían ser zanjados en menos de una semana. ¿Dónde está la transparencia y sinceridad ante el ciudadano?, ¿quedó solo en el discurso de diciembre?