El arte de la política es debatir, confrontar, conocer nuestras diferencias, lograr encontrar puntos de coincidencia y tomar acuerdos para avanzar en resolver los problemas urgentes e importantes del país. La democracia como sistema político permite, reconociéndonos diferentes, debatir y llegar a acuerdos para avanzar en el objetivo de una sociedad y Estado con capacidad de garantizar ciudadanía y ejercicio de derechos, sin exclusiones
Históricamente y sobre todo en los últimos años, no fuimos capaces de dialogar, lograr acuerdos y respetarlos. De allí la crisis política casi permanente en que nos desenvolvemos. La apropiación de las organizaciones políticas, así como su uso y mal uso, las ha convertido en “vientres de alquiler”, perdiéndose el ejercicio político por las cuotas de poder.
Quienes ganaron las elecciones y quienes las perdieron, cierran espacios de diálogo, bloquean iniciativas, pareciendo buscar –desde la oposición de derecha perdedora de las elecciones– que el gobierno fracase. Sino, cómo explicar que antes del primer mes de su mandato pretendan interpelar a 6 ministros y hayan logrado la renuncia del que lo fuera en Relaciones Exteriores.
Pese a las limitaciones de Pedro Castillo y su gabinete, y las disensiones al interior de su bancada, este necesita buscar aliados estables y desarrollar mejores canales de comunicación para enfrentar una campaña mediática demoledora que lo golpea día a día, sin que responda oportunamente.
Si no buscamos que la crisis política se profundice, es urgente plantear una agenda básica de políticas y acciones en favor de las grandes mayorías y que ningún partido, por las ofertas electorales hechas, pueda rechazar. Es hora de hacer política verdadera, así como gestión del Estado.