Desenmascarados

El 2013 que se va debe ser recordado como el año en que fueron desenmascarados como intolerantes y parcializados muchos de esos personajes que se hacen llamar "defensores de los derechos humanos" y que viven desde hace mucho de la defensa de terroristas y afines, por lo cual no están dispuestos a que nadie más que ellos esté al frente de esa en teoría noble lucha, que debería estar alejada de politiquería barata y las ideologizaciones.

Esto se dio en noviembre último, cuando el grupo de trabajo de Derechos Humanos de la Comisión de Justicia del Congreso fue encargado a la fujimorista Martha Chávez. Los "defensores de derechos humanos" se indignaron, salieron a las calles, reclamaron, hicieron bulla, tuitearon y al final lograron no que saquen a la mencionada congresista, que ya de por sí era un absurdo, sino que eliminen del mapa dicha subcomisión.

Aplicaron el "o nosotros o nadie", el "los defensores de los derechos humanos somos nosotros y nadie más". Dejaron en claro que en este país los únicos que pueden sacar cara contra la violación de los derechos más elementales son los izquierdistas y sus amigos. Y claro, quien no piense como ellos debe de estar fuera, con lo que son marginadas también las víctimas que no sean de su grupo de afines, principalmente militares y policías.

Un comentario aparte, que podría parecer una simple anécdota pero no lo es, es que en sus reclamos los izquierdistas de Plaza San Martín salieron a las calles con pancartas con la cara de Ernesto "Che" Guevara, el campeón de los fusilamientos al inicio de la Revolución Cubana. ¿Para esta gente no cuentan los crímenes de este personaje? ¿No era que los derechos humanos eran para todos los seres humanos? ¿O es que los crímenes de un comunista no importan porque es de los suyos?

En el Perú, luego de la violencia desatada por Sendero Luminoso y el MRTA, hay muchas heridas por cerrar. Sin embargo, muy poco podrá avanzarse si es que la defensa de los derechos humanos queda en manos de gente que solo sabe llevar agua para su molino, en lugar de actuar de manera desinteresada y sin sesgos ideológicos que no han hecho más que profundizar las heridas a casi 34 años de iniciada la barbarie terrorista.