Alguien desde el Congreso o Alianza para el Progreso (APP), el partido que hace y deshace frente a la Plaza Bolívar, debería explicarnos qué tan importante es para los intereses del Estado y de los peruanos de a pie, el tener una oficina dedicada a la captación y evaluación de jóvenes universitarios para que vayan a hacer sus prácticas profesionales y preprofesionales en el Poder Legislativo, que nos cuesta a los contribuyentes más de 1,7 millones de soles al año, sí, casi medio millón de dólares.

Estoy seguro que eso no sucede ni en las más boyantes empresas mineras, petroleras, pesqueras, cerveceras o de telecomunicaciones que operan en nuestro país. Sin embargo, en el rechazado Congreso plagado de delincuentes y sinvergüenzas, sí ocurre, y con la plata de todos los peruanos, esto, sin duda, como parte de un “acuerdo político” admitido públicamente por el propio César Acuña, dueño de APP, que permite una vil repartija de cargos en el Poder Legislativo que este caballero maneja como si fuera su chacra.

Si es tan importante la captación de practicantes para que vayan a “aprender” de “los niños”, “los mochasueldos”, los brazos políticos de la minería ilegal, los defensores del golpista Pedro Castillo o de esos padres de la patria que creen que el Banco Central de Reserva de Perú (BCRP) debería dar préstamos a los informales “para cerrarle el paso a los bancos que pertenecen a la Confiep”, bastaría contratar a dos o tres personas más en el área de Recursos Humanos, y se acabó el problema.

Todo esto tiene que ser explicado por el apepista Eduardo Salhuana, no solo actual presidente del Congreso, sino la persona que ha sido señalada por haber propuesto a Yessenia Lozano, la autodenominada “hija política de César Acuña”, para hacerse cargo del Centro de Modalidades Formativas, ente encargado de captar y evaluar practicantes, con un sueldo de 19 mil soles –aparte de bonos y otros–, y sin contar con el grado académico de magíster, algo que el Parlamento dijo que sí tenía.

Si el señor Acuña quiere dar empleo a sus ahijados, amigos y ayayeros, que los meta a trabajar a sus empresas, que no son pocas, y deje de estar usando al Estado para tal fin, que los recursos públicos son escasos y muy necesarios para afrontar los problemas que aquejan a los ciudadanos. Y a propósito, ¿qué explicación nos dan desde otras bancadas por permitir este despilfarro de plata?, ¿por qué tan callados?, ¿o es que también se ven beneficiados con esta repartija de cargos en el Congreso?