“El show debe continuar”, reza un viejo dicho que se repite como un mantra en el medio artístico, cada vez que sus integrantes se enfrentan a situaciones límite, y al mismo tiempo, deben cumplir inevitablemente con su trabajo. Y precisamente, cantantes y agrupaciones, tras dos marchas los días 21 y 28 de marzo, para reclamar medidas de protección efectivas contra las extorsiones, no les ha quedado otra, que, a pesar del terror y el miedo, deben seguir con sus actividades habituales. Muchas de las populares orquestas de cumbia continúan desplegando todo un operativo de seguridad cada vez que deben ir a ofrecer sus conciertos. ¿Pero qué sucede con las agrupaciones más sencillas, las que no pueden, por presupuesto gozar de esa protección? Pues, como cualquier ciudadano, confían en que las autoridades respectivas realicen un trabajo efectivo y nos brinden esa seguridad que todo un país exige. Y en estos tiempos, significa operativos dirigidos para identificar a las bandas de malhechores que tienen en vilo al medio artístico y a todo una nación. Tras el terrible asesinato de Paul Flores, vocalista de “Armonía 10”, lo único concreto respecto a la identificación de los autores de los disparos que lo mataron, son capturas de supuestos sospechosos. Como sucede siempre, los detenidos niegan el hecho, pero lo principal, saber quién está detrás del asesinato, todavía eso es un misterio. Y precisamente, la mencionada agrupación, que ha detenido sus actividades artísticas, envió un comunicado en el que manifiestan cuál es el estado emocional de sus integrantes. “Nos encontramos aún en proceso de sanar y que la orquesta tome diferentes medidas para garantizar la seguridad de sus integrantes y del público asistente. No han sido días fáciles pero muy pronto les anunciaremos nuestro retorno” indicaron. Y lo más probable es que “Armonía 10” reaparezca por todo lo alto en el concierto por sus 53 años que se desarrollará en el estadio de San Marcos; para rendir homenaje al compañero fallecido, pero sobre todo para reafirmar que la música debe seguir sonando, a pesar de todo. Ojalá que las marchas, las reales manifestaciones de indignación de músicos y artistas, no caigan en saco vacío, que el reclamo de todo un país por una delincuencia exacerbada, merezca una real y verdadera respuesta de las autoridades para acabarla.