La Resolución 54/134 de la ONU, en 1999, declaró el 25 de noviembre como “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer”, conmemorando el asesinato, en 1960, de Patria, Minerva y María Mirabal, activistas dominicanas contra la dictadura de Leónidas Trujillo.
Las mujeres, mitad de la población mundial, son víctimas de violencia y discriminación por la vigencia de sociedades patriarcales por las que se otorga dominio y autoridad a los varones.
El rol histórico y vital de las mujeres necesita rescatarse. Fueron el soporte de la reconstrucción paraguaya tras la guerra de la Triple Alianza (Brasil, Argentina y Uruguay) y la consiguiente eliminación del 95% de sus hombres; fueron activas participantes en la guerra de independencia del Perú; son mujeres las que enfrentan la pobreza sosteniendo los comedores populares.
En los procesos sociales por las luchas de independencia y construcción de países, enfrentamientos de diversa índole, han participado con valor y heroísmo, Juana de Arco, Micaela Bastidas, Flora Tristán, Manuela Ramos, Sara Calla, son solo una muestra de su presencia.
La violencia física y psicológica contra las mujeres se agrava cuando, además, se ejerce violencia económica. A las 5518 mujeres desaparecidas este año, los 133 casos de feminicidio, las 46113 denuncias de violencia contra niñas, niños y adolescentes, debemos sumar que, en el 2023, el 57.2% de hogares en pobreza eran liderados por mujeres.
Construir un mundo mejor para todos empieza eliminando toda forma de violencia y agresión a las mujeres, son parte de la diversidad, la belleza humana y su cultura.