La situación para los implicados en haber dado trabajo en el Estado a Richard Cisneros, comenzando por el presidente Martín Vizcarra y su exsecretaria general Mirian Morales, se hace más complicada ahora que se sabe que el personaje no dio gran parte de los servicios por los que se le pagó con recursos públicos a través del Ministerio de Cultura.
Según el dominical Cuarto Poder, que cita un informe de la Contraloría General de la República, el cantante se llevó casi 155 mil soles entre 2018 y 2020, pero apenas habría hecho el 5% de lo que debió hacer para poder cobrar ese dinero. En buena cuenta, Cisneros debe de haber tenido un buen padrino para poder cobrar casi a cambio de nada, para que le regalen la plata de los peruanos.
Esto es inconcebible. Si ya era indignante que hayan contratado en el Estado a este artista de medio pelo para dar charlas “motivacionales” y conciertos a los trabajadores, ahora nos venimos a enterar que ni siquiera hizo lo que estipulaban sus dudosos contratos hechos a medida por órdenes de Palacio de Gobierno, tal como sostienen las primeras pesquisas.
Acá el Ministerio Público tiene que investigar mucho y dar luces sobres estos hechos que implican al propio jefe de Estado, el otrora luchador incansable contra la corrupción y las malas artes supuestamente solo de gobiernos pasados. El Perú merece ser reparado con el sometimiento a la justicia de los responsables de estas ilegalidades.