La sentencia de 19 años de cárcel por delitos de corrupción al exgobernador regional de Cajamarca y conspicuo socialista, Gregorio Santos, ha generado toda clase de reacciones en el país. Sin embargo, la evidencia más notable es que el proceso de crisis de la izquierda se acentúa con estos casos. Recuerden que también están sentenciados las exautoridades regionales Vladimir Cerrón, Walter Aduviri, Antauro Humala y Jorge Acurio.

Los ideales que propugnan estos líderes en sus auditorios se degradan con la realidad. Los clichés y eslóganes que se multiplican en todo el país y que apuntan a una lucha “popular” por un país mejor, no tienen nada que ver con lo que sucede realmente. No pocos políticos solo luchan por una mejor economía particular.

El tema es acuciante para los izquierdistas ad portas de las elecciones congresales. Ha llegado la hora de la serena reflexión de sus líderes, más allá de cualquier lloriqueo absurdo que configura solo un mezquino cálculo electoral. Eso de “persecución” a la izquierda ya nadie lo cree. Si lo que se pretende a partir de esta sentencia a Santos es aprovecharse para obtener un buen resultado electoral, solo significará el poder del oportunismo y la demagogia.