Por estos días en que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) está en el ojo de los ciudadanos y los medios por los esfuerzos que hace para que el nuevo aeropuerto Jorge Chávez pueda operar dentro de un mes y medio con sus respectivas vías de acceso; y por la creación del Ministerio de Infraestructura que alteraría sus funciones o lo desaparecería, sería bueno preguntarse qué es de la vida de Juan Silva, el prófugo extitular de sector que según la Fiscalía, cobraba las coimas del corrupto Pedro Castillo.

Van a ser tres años desde que este sinvergüenza se escapó de la justicia, y se entiende que mientras su jefe estaba en el poder, nadie iba a mover un dedo por ubicarlo y ponerlo tras las rejas. Sin embargo, el golpista fue echado de Palacio de Gobierno por la puerta falsa, han pasado más de dos años, y hasta el momento no se sabe nada de este personaje que fue puesto en el MTC para que maneje sus millonarios recursos en favor de Castillo y la llamada Chota Nostra.

Recordemos que Silva Villegas llegó al cargo sin tener mayor conocimiento del sector. Era el director de un colegio de Puente Piedra que además tenía una combi con la que daba servicio de transportes sin tener la licencia respectiva. Sí, era un pirata y demás un improvisado, como gran parte de la gente que llevó a la administración pública el profesor y magíster con tesis plagiada que no solo resultó siendo un gran corrupto, sino también un vil golpista para el que se piden 34 años de prisión.

Sería bueno saber si alguien en la Policía Nacional tiene la misión de buscar a este delincuente, a fin de que sea arrestado y responda por sus delitos, y de paso explique el rol de Castillo en esta andamiaje mafioso que metía las uñas en obras públicas. Recordemos que este impresentable fue despedido del ministerio al ritmo de mariachis llevados por trabajadores, cuando ya se sabía en qué estaba metido y que además era un desastre como funcionario público.

Lo último que se conoció de Silva Villegas fue que estaba escondido en Venezuela, bajo el cobijo de la dictadura de Nicolás Maduro. Sin bien hoy no existen relaciones diplomáticas ni consulares con esa tiranía bananera, hasta julio del año pasado sí las hubo, por lo que se pudo trabajar al menos para saber si el prófugo realmente estaba “alojado” en ese devastado país. ¿Qué padrino o madrina tiene este sujeto ya casi olvidado que al parecer nadie está buscando? ¿Temen que hable?