Ha pasado un mes del fallecimiento de Mario Vargas Llosa y seguimos releyendo su obra y los libros que se han escrito sobre su legado. Hoy les recomiendo dos publicaciones, una reciente y una reedición. A finales de marzo, un poco más de dos semanas antes de la muerte de su amigo, Alonso Cueto publicó “Mario Vargas Llosa. Palabras en el mundo” (Alfaguara), un retrato literario en el que aborda puntos clave de la propuesta narrativa del Premio Nobel de Literatura 2010. Es un homenaje que parte desde la admiración y que madura con el gran talento de Cueto como lector. Del asombro y la emoción también surgen lecturas iluminadoras y memorables, como lo demostró el mismo Vargas Llosa con “Historia de un deicidio”, ensayo que dedicó a “Cien años de soledad” de Gabriel García Márquez. El escritor de “La hora azul” y “Francisca. Princesa del Perú” aborda la múltiple y móvil mirada vargasllosiana sobre la maldad del poder, la rebeldía, la libertad, la soledad, la utopía, la travesía y la derrota de los inconformes, la escritura como reconstrucción del mundo (perdido), los héroes y víctimas, el cuerpo y la locura quijotesca que contagia con su maravilloso camino de imaginación y exploración ante una realidad que asfixia y devora. Dividido en seis capítulos y con un dossier fotográfico del nobel peruano, este ensayo es preciso, de una prosa clara y una profundidad plausible para iniciados o nuevos lectores de Vargas Llosa. El otro libro imprescindible para entender la narrativa de Mario Vargas Llosa es “La ciudad y los perros. Biografía de una novela” (Debate) del historiador Carlos Aguirre, quien también coeditó “Las cartas del Boom”. Esta investigación, revisada y aumentada, ha sido reeditada después de diez años en el Perú (ya tuvo una segunda edición en España). Aguirre hace una minuciosa indagación sobre el recorrido de la primera novela de Vargas Llosa, desde su escritura hasta su publicación y la repercusión que tuvo en el mundo literario. El trabajo de documentación es más que notable, con fuentes orales y escritas que esclarecen o dan más luces sobre los momentos emblemáticos de la ficción basada en historias de los cadetes del Leoncio Prado: su escritura, los pormenores de su publicación, la censura franquista y la supuesta quema de ejemplares. Como un detective en archivos, el autor reconstruye la historia de “La ciudad y los perros” con la única consigna de acercarse a la verdad detrás de los mitos y el marketing. Los libros de Cueto y Aguirre son acercamientos excepcionales a la literatura de Vargas Llosa.