Singapur hizo muchos esfuerzos por convertirse en un centro educativo y de conocimiento mundial promoviendo su desarrollo universitario. Para ello hicieron convenios con muchas universidades anglófonas muy reputadas para producir asociaciones transnacionales con universidades de Singapur. A la par introdujeron políticas para impulsar a las universidades locales a superar a otras internacionales en las clasificaciones mundiales. Se crearon nuevas instituciones como la Universidad de Administración de Singapur y la Universidad de Tecnología y Diseño de Singapur, aprovechando la tutela de universidades estadounidenses seleccionadas.

Una columna de Ravinder Sidhu, de la U. de Queensland ( 23/10/2021) analiza el caso y sostiene que el modelo llegó a su límite y las universidades de clase mundial se están retirando por falta de sostenibilidad, rentabilidad y escalabilidad del modelo de campus filial basado en relaciones centro-periferia. También hay problemas con las posiciones antiliberales adoptadas por Singapur sobre la libertad académica, de expresión y asociación, los derechos laborales y de las minorías, claves para universidades de clase mundial.

La pandemia ha abierto una nueva oportunidad para que estudiantes internacionales busquen nuevos destinos regionales que es donde Singapur intenta recuperar espacio para reclutar estudiantes e investigadores internacionales regionales, aprovechando su calidad académica y el fuerte apoyo estatal a las actividades de investigación y desarrollo. Sin embargo, la falta de libertad académica seguirá siendo un obstáculo.