Ha hecho bien el presidente Pedro Pablo Kuczynski y su nueva premier, Mercedes Aráoz, al incluir en el flamante gabinete a los ministros Idel Vexler y Enrique Mendoza como responsables de las carteras de Educación y Justicia y Derechos Humanos, respectivamente, por más que hayan sido, en las últimas horas, objeto de críticas de quienes parecen disconformes con que no se haya nombrado a quienes ellos querían.

En el caso del profesor Vexler, ha sido viceministro de Educación en los gobiernos de Alejandro Toledo y Alan García, algo que parecen no perdonar los críticos. También lo cuestionan por su escepticismo ante la llamada “ideología de género”, la cual no lo es todo en un sector donde también hay que atender las serias deficiencias en la formación integral de niños y jóvenes de la escuela pública, que están en desventaja frente a alumnos de colegios particulares y de otros países.

Pocas horas antes de asumir el cargo, el aún designado Vexler se comunicó con Correo y, luego de definirse como un “profesor de aula”, aseguró que su gestión se basará en acercarse al docente de salón para atender sus demandas, y en estar cerca de los estudiantes a fin de mejorar su formación. Sin embargo, parece que para algunos críticos esto no es importante, sino solo que cargue las banderas de la “ideología de género”.

En el caso del ministro Mendoza, lo vinculan con el gobierno del expresidente García, pese a que los cargos que ocupó como presidente de la Corte Suprema y del Jurado Nacional de Elecciones los asumió en su calidad de magistrado supremo elegido por los vocales. Personalmente, creo que será un buen asesor jurídico del gabinete y un buen coordinador entre el Poder Ejecutivo y el sistema judicial, que no camina bien. Ahí tenemos a los delincuentes que salen libres todos los días.

Es necesario ver el trabajo de los nuevos ministros y del gabinete en su conjunto para lanzar críticas. En un primer momento, el fujimorismo, que es mayoría en el Congreso por voluntad popular, aunque a muchos no les guste, ha mostrado señales de su intención de dar el voto de confianza al equipo encabezado por la premier Aráoz, y eso es positivo. Urge bajar el tono del debate por el bien del país, y es un buen momento para que Gobierno y oposición trabajen con menos ruido.