Keiko Fujimori, la lideresa de Fuerza Popular, vuelve a poner en agenda el adelanto de elecciones, algo de lo que en el Congreso no están tan convencidos porque involucra dejar el cargo que han ganado de manera legítima en las urnas, a diferencia de la excandidata presidencial que propugnó petardear los resultados.

En un audio filtrado, la presidenta del Congreso Lady Camones refiere que un posible adelanto de elecciones sería en un año, más o menos, porque -deja entrever- los propios legisladores no están de acuerdo en irse a sus casas (peor aún, no trabajan, dice). Es decir, es vacancia o solo hay susto en el Legislativo. Lo demás es politiquería.

Y ya sabemos que vacancia no podrá haber porque no hay argumento sólido que convenza a los parlamentarios de que lo mejor es irse todos a sus casas. ¿Para qué?, se preguntan. Lo ingenuo es pensar que unas nuevas autoridades nos convertirán en Finlandia, si son los mismos rostros y partidos los que participan.

Desde hace más de un año que el Congreso cree que la solución es sacar del cargo al presidente Pedro Castillo. Mientras la gente pierde su empleo y carece de mejores condiciones en salud, los congresistas consideran que con otro Ejecutivo se acaban los males. ¿Hace cuántos años vive el país con ese fatal desenlace?

Si al reciente trauma del cierre del Congreso le sumamos que todavía no hay reelección de legisladores, un adelanto de sufragios generales será difícil que ocurra. Así lo plantee Keiko Fujimori, lo que más parece un interés personal, los parlamentarios están en su derecho de decidir cumplir sus cinco años de gestión.