El Partido Aprista Peruano, cumple cien años y está listo para nuevas lides electorales. Nuestra larga crisis política y social reclama solución con partidos sólidos con trayectoria y consistencia ideológica. Más aún, cuando estamos rodeados de movimientos coyunturales que solo piensan en el escaño sin lograr una acción política coherente que permita que la democracia y el estado de derecho puedan funcionar y desarrollarse.  El PAP tiene un pensamiento y una historia, una práctica política y una trayectoria notable de entrega a ideales de cambio social. Con inspiradoras notables figuras como Víctor Raúl Haya de la Torre y Alan García, de gran influencia en todo el continente. Nos toca equilibrar la urgente atención a las demandas sociales, el crecimiento económico y el desarrollo inclusivo de la sociedad y un partido como el Apra sigue siendo una esperanza. Le corresponde cohesionarse en torno a un nuevo programa ideológico que actualice el pensamiento de Haya de la Torre. Debemos atender la agenda social olvidada que ha inducido el voto antisistema que ha puesto en palacio a líderes del rencor y el resentimiento, que quieren castigar la marginalidad que sufren eligiendo gobernantes incapaces. El PAP es el único partido instalado en el centro político, o en el centro izquierda como reclaman algunos militantes, lejos de la ultraderecha y de la ultraizquierda, con una trayectoria de sacrificio y entrega por un Perú distinto con progreso y crecimiento, que logró disminuir la pobreza en el segundo gobierno de AGP. Necesitamos renovar la utopía de un país igualitario con bienestar colectivo y para ello todos los esfuerzos son indispensables. Cien años no pasan en vano, desde la historia proyectada en este presente convulso las responsabilidades y los desafíos están para ser asumidos y el PAP debe ser actor principal.

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