En la vida profesional (y personal) pocas decisiones son tan complejas (y dolorosas) como la de dar un paso al costado. No se trata de claudicar ni de una historia de rendición, sino de reconocer con honestidad que hay momentos en que continuar en un cargo o en un rol puede hacer mas daño que bien: a uno mismo o a los demás. El verdadero liderazgo no siempre se mide por capacidad de resistir sino también por la sabiduría de reconocer que los limites nos aprietan y es hora de partir. Hay ocasiones en que tomar la decisión de retirarse con dignidad puede conllevar a una lección de grandeza. A veces, apartarse a tiempo es la única forma de permitir que otros florezcan, que nuevas ideas fluyan y que los procesos anquilosados por la costumbre y el tiempo recuperen transparencia y confianza.

Dar un paso al costado requiere valor: Implica aceptar que no somos indispensables y que nuestro trabajo es parte de algo mayor que nos trasciende.

Dar un paso al costado puede ocasionar una profunda pena, pero es un acto que no nace de la debilidad sino mas bien de la empatía con los demás.

El arte de dar un paso al costado implica la habilidad de soltar a tiempo. Quien se aparta por integridad deja un mensaje mucho mas potente que quien se aferra por costumbre o por conveniencia, enseña que el verdadero éxito no está en ocupar siempre un lugar en la mesa, sino en dejar la silla libre cuando se sabe que toca.

Hoy me ha tocado tomar la decisión de dar un paso al costado en una organización que fundé y conduje durante 33 años, que fue mi espacio de inspiración, mi templo de concentración y mi centro de operaciones que permitió mi vuelo hacia todos los espacios de representación en los que pude proyectarme con pasión y entrega. Descubrí que había llegado el momento y necesitaba dejar mi silla libre para ser ocupada por alguien con nueva visión y energía; dejar a los míos para permitirles tener un mejor futuro, pero, sobre todo, para que estuvieran seguros y siguieran el camino con mayor vitalidad. Soltar, despedirse y partir, duele mucho, pero a veces es necesario. Se puede dejar un cargo, pero se gana un legado cuando éste se da en el momento justo.