El Proyecto Educativo Nacional (PEN) al 2036, elaborado por el Consejo Nacional de Educación y aprobado por DS N°009-2020, se fundamenta en cuatro propósitos que constituyen los pilares de la política educativa en el país. El bienestar socioemocional es uno de los principales.

Por ello, en los eventos organizados por la academia, donde se elaboren diagnósticos y propuestas de gestión educativa, este tema debería ser abordado ampliamente, pues reviste importancia en circunstancias que debe mejorarse la calidad del sistema educativo. Sobre todo, en la perspectiva de un Plan de Buen Gobierno Educativo 2026–2031. Es un tema central ineludible.

Ello no significa dejar de lado los otros tres propósitos del PEN al 2036: Vida ciudadana, inclusión y equidad, así como productividad y desarrollo. Tampoco sus orientaciones e impulsores, sobre todo las vinculadas a las condiciones de calidad educativa: infraestructura, recursos educativos, financiamiento, maestros y otros actores formativos, gestión y currículo, entre otras.

El propio PEN señala con acierto que “la educación nos habilita para valorarnos a nosotros mismos, autorregular nuestras emociones y comportamientos, establecer relaciones humanas sanas, identificar propósitos y sentido en lo que hacemos y lidiar con retos diversos tanto para alcanzar nuestro desarrollo personal como para la convivencia…”. Sin dejar de lado que hay que formar buenos ciudadanos con salud física, mental y social en la educación básica y superior.

En este marco, la tutoría y bienestar socioemocional en todas sus actividades formativas debe desarrollar un acompañamiento vinculado al currículo y el logro de aprendizajes significativos, que combine lo socioemocional con lo cognitivo-intelectual.

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