Al tiempo de anunciar la previsible extensión del estado de emergencia y el aislamiento social hasta el domingo 10 de mayo para evitar la expansión del coronavirus, el presidente Martín Vizcarra adelantó también la entrega de un bono de 760 soles a las familias que no están tenido ingresos económicos en medio de esta crisis. Se trata de 6,8 millones de hogares en todo el Perú. Es una propuesta decidida y agresiva, en el buen sentido del término.

Sin embargo, es de esperarse que esta vez no se generen los problemas que impidieron al inicio de esta crisis la buena cobertura del tan necesario bono económico, destinado a la subsistencia de millones de hogares sin ingresos. También es vital tomar las medidas necesarias para no tener nuevamente colas en los bancos ni aglomeraciones, que sin duda fomentan los contagios que a toda costa se deben de impedir.

Si uno de los sentidos del llamado Bono Universal Familiar anunciado ayer es evitar la desesperación por la falta de recursos y que ante eso la gente salga a las calles a ganar algo de dinero, no tiene sentido que el afán por cobrar este dinero genere mayores riesgos. El propio presidente Vizcarra ha dicho que lo más complicado de la entrega, es llegar a los ciudadanos que en casi el 50 por ciento no tienen una tarjeta bancaria en la que se les pueda hacer el depósito.

Para el mediano y largo plazo, queda como tarea pendiente actualizar padrones y direcciones de personas vulnerables, y fomentar el acceso al sistema bancario de más peruanos y al comercio electrónico a través de los tan difundidos teléfonos celulares. Esto podría ser muy útil en situaciones de catástrofe como la que estamos viviendo y que hasta ayer costaba la vida 572 personas, además de 20 mil 914 infectados.

El reto es muy grande para el Estado en su conjunto, que debe trabajar muy de la mano con los bancos privados que desde un inicio han mostrado su mejor disposición. Es vital que los recursos lleguen a quienes los necesitan, pero no en dos o tres semanas como ha sucedido con el primer bono anunciado en marzo, sino en pocos días. No se puede dar sustento a la orden de aislamiento social, si no hay dinero en los hogares.