¿El sistema democrático es viable para nuestro país? Sí, aunque pongamos en duda su transparencia, en especial cuando renegamos de las autoridades de turno. Entonces, lo que debemos hacer es protegerlo de quienes intentan desacreditarlo cada vez que alguien que no es de su agrado llega al poder, salvo que, en medio del debate, algunos afiebrados crean que merecemos un cambio: ¿acaso están pensando en una dictadura popular, como me comentó una autoridad?

En los últimos sucesos del país hemos experimentado un nuevo cambio de timón presidencial. Esto provocó que se organicen movilizaciones para pedir que se vayan todos, que de manera simbólica no tiene nada porque alguien debe gobernar. Entonces, pedían la salida de Dina Boluarte, y se fue; asumió el Congreso con José Jerí a la cabeza de la mesa directiva, pero no gusta; ¿y el orden constitucional democrático? Ya no importa porque no conviene.¿Entonces qué quieres?, le pregunto a una persona que salió a marchar. Me responde: nuevas elecciones. Y le replico: cuando la izquierda ganó, pese a lo que representaba la figura de Pedro Castillo, la mayoría del país defendió su elección porque es lo que corresponde, nos guste o no. No querían a Boluarte, entonces asume el presidente del Legislativo. Así son las reglas. No me gusta, me dice. Piña, pues, le digo. Debemos romper el círculo vicioso de patear el tablero.

Desconozco si hay gente experimentada de izquierda detrás de las marchas para que se vayan todos. No me como ese cuento de que hay títeres que dejan de estudiar y trabajar solo porque un grupo de personas hipnotiza y dirige la protesta. También es desagradable escuchar que los manifestantes arman un muñeco para matar a alguien y bajarse al gobierno. Pero, tampoco puedo aceptar que se ponga en duda el sistema democrático y busquemos sabotearlo. En todo caso, elijamos mejor.