Los más de 7,500 millones seres humanos que pueblan la Tierra seguimos impresionados con la abrupta aparición en China de la epidemia del coronavirus rápidamente convertida en pandemia, que no cesa de cobrar muertos y más muertos.

Todos los Estados, poderosos y vulnerables, ricos y pobres, regularmente cuentan con agendas propias según sus necesidades; sin embargo, dichas pretensiones unilaterales impresionantemente han quedado subordinadas a una sola agenda planetaria, donde el único punto de discusión, debate o reflexión es el combate del Covid-19.

Por esta razón, los titulares de los principales medios de prensa en el mundo, de las cadenas televisivas y por supuesto de las redes sociales, se han vuelto por estos días, monotemáticos, abordando la enfermedad del coronavirus desde distintos ángulos de interés.

Así, por ejemplo, ha pasado inadvertida la renuncia del rey Felipe VI de España a la herencia de su padre, el rey emérito Juan Carlos. También la reciente tensión internacional entre EE.UU. e Irán, que luego de la muerte selectiva del general chiita Soleimani, presagiaba tambores de guerra entre ambos países, y solamente importando los casi 1600 iraníes muertos por la pandemia.

En nuestra región la reciente reelección del secretario general de la OEA, Luis Almagro, siendo importante, también ha pasado a un segundo plano y con ella, la compleja realidad de Venezuela y la de sus más de 4 millones de migrantes. El Covid-19 se ha impuesto y todo gira en torno de este virus.

Por esa razón, ahora importa sobremanera si la reina Isabel II del Reino Unido, de 94 años de edad, ha sido infectada o no, o si Alejandro Toledo, puesto en libertad provisional bajo fianza en los EE.UU., bajo el argumento de que podría contraer coronavirus, volverá o no al final de la pandemia a la cárcel, y hasta enterarnos de la muerte por esta pandemia del expresidente del club español Real Madrid, Lorenzo Sanz, o el deceso de doña Lucía, la longeva madre (89) del cantante español Miguel Bosé.

En definitiva, las cuarentenas establecidas casi simultáneamente por gran parte de los 170 países que registran contagiados en el mundo, domina la agenda mundial, aunque solo sea temporal, por lo menos es lo que esperamos.