Durante el debate de ayer que no condujo a nada, pues al final se rechazó el proyecto sustitutorio que proponía un gobierno y un Congreso transitorio entre mayo de 2024 y julio de 2026, ha quedado claro que la izquierda insiste e insistirá hasta el final en engañar a los peruanos con el cuento de que una asamblea constituyente y una nueva Carta Magna, traerán la solución mágica a todos los problemas que agobian a los ciudadanos.

Lo peor es que Perú Libre y sus aliados proponen una Carta Magna como la que ha llevado a la ruina a Venezuela. Se llenan la boca afirmando que con una nueva Constitución “el pueblo” tendrá salud, educación, seguridad, empleo, transporte digno, luz, agua, desagüe y demás atenciones básicas. Sin embargo, en su país “modelo” no hay nada de eso, pues el chavismo lo ha convertido en un paria y un verdadero desastre a pesar de sus reservas de petróleo que acá no tenemos.

Ayer, durante el debate, muchos se quejaban de la “dictadura” de Dina Boluarte. Sin embargo, estos “demócratas” son defensores de un vil golpista como Pedro Castillo y sacan pecho por tiranías impresentables como las de Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde hay regímenes eternos en que se persigue, se encarcela y se mata a opositores. En esos “paraísos socialistas”, las libertades son solo para quienes se arrastran ante el poder.

Reclaman y se llenan la boca afirmando que Boluarte no puede estar “un día más en el cargo”, pero aman la dictadura cubana que lleva más de 64 años, la venezolana que ya pasó las dos décadas, y la de Nicaragua donde Daniel Ortega es el dueño de un país donde sus parientes controlan todo el Estado, los rivales políticos acabaron presos y la prensa ha sido silenciada. Claro, y acá los discípulos de Vladimir Cerrón nos vienen a dar clases de “democracia”.

Lamentablemente para el Perú, esta gente “tan coherente” y que tienen tan claros los conceptos de “democracia” y “libertad”, condiciona su voto a una asamblea constituyente que en el supuesto negado que se concrete, sería un verdadero desastre, una tragedia para el país. Allí no habría lugar para la “pelotudeces democráticas”, pues no dejarían nunca el poder. El “luchador social” Guillermo Bermejo sabe muy bien de esto.

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