Luego de la patética gestión de Alejandro Soto al frente del Congreso, que cierra con “broche de oro” al valerse del procurador del Poder Legislativo para formular una denuncia penal a un periodista por hacer su trabajo y destapar sus mentiras, Alianza para el Progreso (APP) no debería ni intentar una nueva postulación a la presidencia o algunas de las vicepresidencias del Parlamento.

Sea con Eduardo Salhuana o Lady Camones, el partido de César Acuña está descalificado políticamente para tratar de manejar nuevamente el Congreso. La gestión de Soto, miembro de su bancada, ha sido un verdadero desastre. Recordemos que se va a cumplir un año desde que este legislador cusqueño de APP no da entrevistas ni declaraciones a la prensa para que el ciudadano esté informado de su labor.

Tras la gestión de Soto, APP debería estar políticamente sepultado bajo la tierra por haber lanzado a semejante impresentable a la candidatura a la Presidencia del Congreso, a pesar de las pesadas mochilas que cargaba y que lo han llevado a estar “mudo” a fin de no tener que dar explicaciones.

Con políticos como Soto, no vamos a ninguna parte. Su silencio y falta de transparencia ha sido insólita en nuestra historia republicana. Jamás se vio algo así en el Perú, todo gracias a Acuña, el dueño del partido que lo hizo legislador quizá al amparo de algún mérito que los peruanos no logran conocer aún.