El Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo se celebra todos los años el 9 de noviembre desde el 2002 en el marco de las Naciones Unidas. Se hace con el objeto de recordar el compromiso asumido en la Conferencia Mundial sobre la Ciencia de Budapest de 1999, desarrollado precisamente bajo los auspicios de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Consejo Internacional para la Ciencia (CIC). Lo que se buscaba como ahora es renovar el compromiso nacional e internacional por un mundo de paz siempre en la idea de erradicar la pobreza que impacta en las sociedades más vulnerables del planeta. El Día Mundial también tiene por objeto lograr una mayor concienciación en la opinión pública sobre la importancia de la ciencia por la sociedad misma. Desde que fuera proclamada por la UNESCO en 2001, el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo, ha llevado adelante un conjunto de programas y fondos concretos para la ciencia en todo el mundo. Ha transversalizado la cooperación entre científicos que viven en regiones marcadas por conflictos, y ahora por aquellos que están abocados a seguir perfeccionando las vacunas contra la Covid-19, que en buena cuenta es una firme manera de combatir la desgracia mundial que aleja de los pueblos el concepto de la paz y la tranquilidad internacionales consagrados en la Carta de San Francisco que dio origen a las Naciones Unidas. Todos quieren la paz que ya dejó de ser un concepto desiderativo y se ha convertido en uno imperativo. Esa es la nueva realidad internacional en la que los pueblos del mundo están seriamente concentrados. Todo lo contrario, es una seria amenaza a la paz social internacional y por cierto a la propia estabilidad internacional. La ciencia el día de hoy tiene un rol extraordinariamente relevante en favor de la sociedad mundial, cada vez más cambiante. La ciencia evita la anarquía y por tanto contribuye a la ponderación de los pueblos. Ese es el objetivo de celebrar esta efeméride que este año ha seguido insistiendo en el combate a la pandemia, la principal y mayor realidad de desequilibrio en el globo. Esperamos que los Estados y los demás actores del sistema internacional coadyuven en el único camino por donde debe transitar la sociedad internacional del siglo XXI.