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La decisión del fiscal José Domingo Pérez de solicitar la detención preventiva del expresidente Pedro Pablo Kuczynski ha sido considerada un exceso por casi todos los sectores, y es una impresión que compartimos.

Las razones de esta solicitud parecen endebles. Según Pérez, el expresidente transgredió las reglas de conducta al sostener reuniones con tres legisladores -Carlos Bruce, Mercedes Aráoz y Gilbert Violeta- que fueron parte de su gobierno, con los que tiene una larga amistad y, sin duda, muchos temas que compartir.

En el caso de Aráoz, se fundamenta en que es testigo en otra investigación judicial que tiene a su cargo el fiscal Pérez, lo cual también -según este- transgrede las limitaciones legales al arresto domiciliario que enfrenta PPK.

Lo que no ha tenido en cuenta la autoridad del Ministerio Público son aspectos que también la justicia debe considerar. En principio, PPK es una persona que el próximo 3 de octubre cumplirá 81 años y tiene serios problemas de salud.

Asimismo, todo su entorno familiar y gran parte de su red amical están fuera del país, específicamente en Estados Unidos, donde también radican su esposa, Nancy Lange, y sus hijas Suzanne, Carolina y Madeleine, así como Alexandra, de su primer matrimonio.

Los delitos deben pagarse, sin duda alguna, cuando se demuestren y la justicia emita un veredicto. Sin embargo, en los casos en que se sospeche de un peligro de fuga, este debe sustentarse cabalmente y tener en cuenta todos los criterios que implican a la justicia, entre ellos, el de humanidad. 

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