Ricardo Gareca fue tendencia sábado y domingo luego de que los hinchas viralizaran las frases “Tigre, te extrañamos” y “Cambio de DT” a propósito de la mediocre performance de la selección, ahora dirigida por Juan Reynoso, frente a la siempre temeraria Alemania. 

Enfundado en el papel de abogado del diablo, pregunto: ¿Y por qué ese pueblo enfurecido con el “Cabezón” no saltó hasta el techo a la primera de bastos cuando trascendió que Pedro Castillo era un puntero mentiroso que se iba de robo con la banda presidencial?

La primera salvedad es que Reynoso está buscando el equipo para las Eliminatorias y la tarea se le complica porque la camada que dejó el argentino, en su mayoría, está próxima a la edad del retiro y conseguir buenos jugadores en nuestra liga es como buscar una aguja en un pajar. 

Estudioso es, no en balde los mexicanos le dicen “el ajedrecista”, y solo resta dejarlo trabajar y verlo a la hora de la verdad, que empieza en septiembre de visita frente a Paraguay y, en Lima, contra Brasil.   

En cambio, el pobrecito “profesor de escuela rural”, ya gozando de las mieles del poder en Palacio de Gobierno, tras unas elecciones cuestionadas cuando menos, confesó que el Perú iba a seguir siendo su salón de clases para aprender a ser mandatario. Al final se quedó en mero aprendiz de jefe de Estado y un golpista caído del palto. Un verdadero autogol.

Alguien dijo que el fútbol es política porque es un acto social y la política generalmente resulta un juego peligroso dependiendo del lenguaje ofensivo o defensivo que utilices ante la audiencia. Esperamos que Reynoso se gradúe de verdadero maestro poniendo a esta selección en modo mundial.


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