El presidente José Jerí Oré cumplió en la tarde de ayer con el primer paso de su administración interina, que es el haber nombrado a un gabinete completo en relativamente pocos días, y cuando hace menos de una semana nada hacía presagiar que el entonces titular del Congreso iba a asumir tremenda responsabilidad ante la caída de Dina Boluarte por un hecho de índole policial, que hizo que sus aliados de las diferentes bancadas le den la espalda y la manden a su casa por la causal de incapacidad moral permanente.

Sin duda el gabinete tiene gente de experiencia como el premier Ernesto Álvarez Miranda, expresidente del Tribunal Constitucional; el canciller Hugo de Zela, y los titulares de Defensa e Interior, César Díaz Peche. Vicente Tiburcio, respectivamente. Hay también muchos rostros nuevos, en su mayoría técnicos, que habrá que ir conociendo con el paso de los días y las semanas, pero lo que sin duda ha sucedido es que se ha optado por personajes alejados de cualquiera de las variedades de la izquierda local.

Los que en días pasados soñaban con ver en la Presidencia de la República a Susel Paredes, Flor Pablo o Ruth Luque, ayer han recibido un golpe demoledor, pues ninguno de su línea ha sido convocado para estar en el Gabinete Ministerial. Incluso el flamante premier ha sido siempre un crítico ácido de la izquierda y sus matices, esa que siempre está rondando en poder aunque jamás haya ganado una elección, salvo con el fiasco del golpista y corrupto de Pedro Castillo.

Pero luego del alivio para el país de contar con un gabinete, lo que tenemos para hoy miércoles 15 es la convocatoria a un paro con su respectiva movilización que ojalá se lleve de forma pacífica, que es lo que garantiza la Constitución. Hay derecho a la protesta, claro que sí, pero sin apedrear ni agarrar a palazos a los agentes de la Policía Nacional, cuyos mandos han dado una conferencia para pedir a los manifestantes que no lleven los rostros cubiertos. Así se podrá identificar fácilmente a los “infiltrados”.

Nos gusten o no los rostros y las tendencias ideológicas, la sucesión constitucional viene funcionando a pesar de las turbulencias. Sin duda los días complejos van a continuar, pero queda apostar por la estabilidad, que es lo que se necesita con miras a las elecciones del próximo año y a las acciones que se deben tomar para frenar el principal problema que nos agobia, que es el de la extorsión, el sicariato, el robo y los actos criminales cometidos por economías ilegales. Esa debe ser la prioridad del régimen interino del presidente Jerí.