Para nadie es un secreto que el gobernador de La Libertad, César Acuña, vive en otra galaxia, quizá por sus constantes viajes de vacaciones o de negocios, sus dudosas capacidades académicas que casi lo han convertido en un meme, su absurda obsesión por ser presidente del Perú cuando ni siquiera puede manejar su región o por vivir rodeado de ayayeros e “hijos políticos” que le hacen creer que es el líder salido de las fuerzas telúricas de los Andes que nuestro país necesita.

Sin embargo, en los últimos días, el hombre ha dado muestras de merecer dar un paso al costado e irse a descansar para disfrutar del dinero que ha ganado como exitoso empresario, pues mientras las denuncias de corrupción brotaban como pus en su administración y la violencia se desborda, al hombre no se le ocurrió nada mejor que celebrar su cumpleaños con bailecito en la calle, para luego salir a decir que él no sabe nada de la corrupción y que trabajar por la seguridad no es su tarea.

Se están levantando en peso la plata de todos los liberteños y Acuña recién se da cuenta, como ha admitido el sábado el gobierno regional a través de un comunicado. Allí están los consorcios de empresarios truchos y ese exfuncionario que al parecer recibía coimas por entregar dinero a emprendedores, pero para el de la “plata como cancha” que asegura ser asesorado por Dios, todo es un complot para afectar a su partido y su eventual candidatura presidencial.

Pero lo peor vino luego del atentado dinamitero ocurrido en la noche del jueves cerca del centro histórico de la ciudad, cuando Acuña sale a pedir “estado de sitio” para Trujillo, pese a que la Constitución y la ley especifican muy claramente los motivos por los que se puede tomar tal decisión, ninguno de los cuales calza con lo sucedido en la capital liberteña, por más que esté tomada por la violencia. ¿Es que el gobernador no tiene asesores?, ¿o es que ya está pensando en sus próximas vacaciones?

El hombre está en la mera calle y no cuenta ni siquiera con buenos funcionarios como para que le hagan el trabajo y él se gane los aplausos. Esto ha llevado a que La Libertad se encuentre a la deriva y a merced de la criminalidad que mata, roba, extorsiona, secuestra y pone bombas, pues ni siquiera son capaces de sacar a las calles las motos para el patrullaje que ya tienen compradas y se están malogrando en un almacén, tal como hemos informado en la portada de ayer de Correo La Libertad.