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La situación política actual derivada de la disolución del Congreso decretada por Martín Vizcarra ha dejado como saldo un quiebre en el partido que César Acuña fundó en Trujillo.
La ruptura era evidente. Mientras en Trujillo muchos militantes de Alianza Para el Progreso, incluidas autoridades electas, aplaudían a Vizcarra y deploraban el atrincheramiento de los congresistas, los representantes de su bancada actuaban al lado de los “malos” de la película, como uno más de ellos.
Ayer, cuando todo parecía ya estar consumado, APP lanzó un pronunciamiento -firmado por su líder, César Acuña- que decía muy poco en realidad. Instaba a la calma, pedía evitar más confrontación y exhortaba a que todo sea resuelto por el máximo tribunal. Para muchos, ya era tarde. La desazón de varios apepistas ya se había instalado. "Es una pena”, comentaba una autoridad de ese partido en Trujillo.
Y encima, las asociaciones nacionales de alcaldes y de gobernadores regionales, donde APP tiene a varios de sus miembros, entre los que están las dos autoridades políticas más importantes de Trujillo y La Libertad, han respaldado a Vizcarra. Es un remezón que no será tan fácil de digerir para Acuña y los suyos, entre los que probablemente ya no esté Gloria Montenegro.