Si hay algo que deja claro la elección por autoridades regionales y municipales, es que al menos en este nivel de contienda, el discurso “incendiario” y “revolucionario” que fomenta la llamada “lucha de clases” y la división entre peruanos que llevó al poder al presidente Pedro Castillo, ha quedado de lado por opciones que se mueven dentro del sistema.

Zonas que antes eran bastiones de propuestas radicales, han dado paso a opciones muy distintas. Lo vemos en Puno, Arequipa y Tacna, si hablamos del sur del país. Lo mismo sucede en Huancavelica, donde a nivel regional encabezan las preferencias un exsacerdote, y un exalcalde y exnotario. Ambos tienen una prédica de izquierda, pero nada extremista.

Esto sin duda es un gran fiasco para quienes desde el gobierno sueñan con que su propuesta cale entre los peruanos, que esta vez han dado las espaldas a cualquier discurso “revolucionario” y de odio y resentimiento, ese que promueve el jefe de Estado y su premier Aníbal Torres. El presidente Castillo y su gente deberían tomar nota. La gente está buscando cualquier cosa, antes que todo lo nefasto que ellos promueven. Quizá antes que una “revolución” estén necesitando empleo, oportunidades y mejores condiciones de vida.