El hecho que el 90% de los peruanos desconfíe de la labor de jueces y fiscales en la lucha contra la criminalidad, según un estudio de Datum publicado ayer en la portada de El Comercio, es muy grave, pues alienta la posibilidad de que en las próximas elecciones generales los peruanos, hartos de sicarios, extorsionares o rateros, que son capturados y son liberados al día siguiente, opten por “propuestas” radicales e incluso alejadas de estado de derecho.

Por ahora el asesino Antauro Humala ha quedado fuera de la posibilidad postular a la Presidencia, pero no al Congreso, lo que podría implicar que lleve al próximo Poder Legislativo a una bancada que podría ser denominada “los matapolicías” bajo la propuesta de aplicar “mano dura” contra la delincuencia. Sin embargo, más allá de lo que pueda hacer este sujeto, recordemos que hay 43 agrupaciones políticas inscritas, muchas de los cuales son un enigma para la mayoría de peruanos.

Qué pasaría si algunos candidatos de esos que hoy nadie conoce, optan por “recoger” el malestar y la desconfianza de los ciudadanos hacia jueces y fiscales que no hacen bien su trabajo y juegan en favor de la criminalidad, para mostrarse como los verdaderos “justicieros” capaces de acabar “en 90 días” con la delincuencia. Por qué no pensar en que podrían tener éxito electoral como contra todo pronóstico lo tuvo un casi iletrado y filosenderista como Pedro Castillo, que en realidad fue un fiasco.

Lamentablemente, a esto hemos llegado por responsabilidad de un Ministerio Público y un Poder Judicial que teniendo leyes para actuar con mano dura contra la criminalidad que nos pisa la cabeza, han optado por ponerse, en muchos casos, de su lado sea por ineptitud, desidia o complicidad, a lo que se sumarían factores ideológicos que llevan a perseguir penalmente a policías que abaten a delincuentes con sus armas de reglamento. ¿Así quieren que la gente en las calles confíe en fiscales y jueces?

No perdamos de vista el altísimo nivel de desconfianza en el sistema de justicia frente a la criminalidad, pues el factor “inseguridad ciudadana” va a ser determinante en las próximas elecciones generales. El hartazgo y la sensación de impunidad también votan. Cuidado con que se esté alentando la aparición de algún “iluminado” como esos que ya hemos visto cómo terminan. El Perú no está como para un nuevo salto al vacío como lo dimos con Castillo, que de paso nos trajo a Dina Boluarte.