Antonio Bachs, te conocí muy joven cuando llegando recién de Piura ingresé a trabajar como docente en el colegio Fe y Alegría de Collique (Comas). Pude ser testigo de tu compromiso con la educación de los niños, niñas y jóvenes más pobres; de tu misión pastoral como sacerdote y maestro, de tu humildad y entrega al trabajo, de tu cercanía y consejo, de tu compañerismo y buen humor, así como de tu sabiduría y afecto.

Más adelante te vi esporádicamente cuando asistía al local central de Fe y Alegría en los primeros años de existencia de Foro Educativo y el Consejo Nacional de Educación, así como en las capacitaciones y reuniones a las que me convocaban en mi condición de viceministro. Si bien en los últimos tiempos tu salud física no era de las mejores, me impresionaba tu voluntad de trabajo y preocupación por la obra de Fe y Alegría y por la educación peruana en general.

El 17 de enero, cuando conocimos de tu fallecimiento tras 62 años en la Compañía de Jesús y 48 de sacerdocio, todos sentimos que se perennizaba tu obra no solo como fundador y líder histórico de Fe y Alegría, sino como un gran referente de la educación popular en nuestro país.

Todos te recordaremos como un hombre entregado sin reservas a los estudiantes excluidos de los pueblos más alejados del Perú. Recuerdo bien tus palabras en el año 1975 cuando decías en nuestras reuniones de profesores: “Fe y Alegría comienza ahí donde termina el asfalto”.

Muchas gracias por todo, querido Antonio. Con la misma tristeza y emoción que despedí a tus hermanos jesuitas Jesús Herrero y Ricardo Morales Basadre, te digo: ¡Hasta siempre, Amauta!

Nota: Muy mal. El Ministerio de Educación ha desactivado la Dirección de Tutoría Educativa. ¿Conocerán y entenderán de su importancia?