Decir estupideces puede ser más dañino que hacerlas, especialmente cuando se ocupa un puesto de responsabilidad pública. Esta reflexión surge inevitable al revisar las declaraciones del ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien parece más enfocado en maquillar la realidad que en enfrentarse a ella. En una reciente entrevista, el conductor del programa “Cuentas Claras” de canal N, Omar Mariluz, precisaba que “la percepción de inseguridad es de 90% en Lima hasta octubre y en otras regiones supera el 92%”. El funcionario le respondía: “Yo no he revisado hasta octubre, solo he visto hasta agosto”, respondía el funcionario. Más adelante Santiváñez decía que “es correcto que ha habido un incremento de asesinatos pero hay disminución de robos, secuestros y extorsiones”. Mariluz replicaba: “O sea, nos roban menos pero nos matan más”.

Han pasado dos meses desde que se decretó el estado de emergencia en distritos de Lima y Callao. Santiváñez aseguró entonces que, si las medidas no funcionaban, presentaría su renuncia. Hoy, los resultados exigen que cumpla su promesa. Sin embargo, insiste en que “todo marcha bien”, desestimando los datos que contradicen su narrativa. Es difícil no calificar esta postura como un acto de cinismo y desprecio hacia una ciudadanía cada vez más desprotegida.Mientras tanto, las cifras de homicidios alcanzan un récord preocupante: 1,702 casos en lo que va del año. Operativos policiales amañados para inflar estadísticas y armas confiscadas que misteriosamente terminan en manos de delincuentes son solo algunos ejemplos del desorden institucional. A esto se suma la indignante declaración del ministro culpando a una empresa de transporte por la muerte de uno de sus trabajadores, como si la responsabilidad del Estado en garantizar seguridad fuera opcional.

Realmente, la incapacidad del titular del Interior asusta. Habría que recordarle que no ser útil a nadie equivale a no valer nada.

Mientras el Gobierno no asuma su labor de brindar seguridad a la población, no sea solidario y no comunique los planes para lograr un país estable y en paz y cómo los plasmará en los hechos, será difícil que la gente tenga alguna esperanza en esta gestión.