Nuevamente la presidenta Dina Boluarte ha preferido recurrir a laberintos legales y a rendijas abogadiles para no ir ayer al Ministerio Público, que la había citado por tercera vez para responder por el llamado “caso Cofre”, algo que ella misma había pedido en diciembre último al mostrarse indignada porque no era llamada a responder por su presencia y la de su escolta policial en un condominio en una playa del sur de Lima en momentos en que se sospechaba que el prófugo Vladimir Cerrón se escondía por esa zona.
La citación era para ayer a las nueve de la mañana, pero minutos después el abogado de la mandataria, Juan Carlos Portugal, señaló a través de su cuenta en X que no acudirían, eso porque el día anterior había presentado ante la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema un recurso de apelación contra la resolución que impidió que se dé por terminada la etapa de investigación preliminar por vencimiento de plazos. Mientras esto no se resuelva, la jefa de Estado no irá a responder el interrogatorio.
La de ayer fue la tercera citación a la mandataria por este caso. El pasado 15 de enero no acudió y a la segunda acudió, pero optó por guardar silencio. Ahora, ante la tercera no ha ido porque está a la espera de que resuelta su apelación presentada el lunes. Está claro que la señora no quiere declarar para esclarecer esa salida a un condominio del sur de Lima que ella ha dicho que fue por motivos personales. Si no tuviera nada que ocultar, hace tiempo pudo responder las preguntas de la fiscal de la Nación sin tanto papelucheo ni legalismo de por medio.
Cuando el 29 de enero la presidenta Boluarte fue al Ministerio Público optó por no responder al interrogatorio, indique en este espacio que la mandataria se estaba dejando asesorar mucho por abogados que podían ser muy buenos en lo suyo, pero muy malos en cuanto a visión política, pues una autoridad no puede esconderse en recursos abogadiles antes de poner la verdad por delante. Eso está bien para un ciudadano cualquiera, pero no para una autoridad y menos si se trata de la jefa del Estado en funciones.
La presidenta Boluarte y sus abogados se creen muy “vivos”, pues están dilatando sus respuestas ante la fiscal de la Nación. Sin embargo, a nivel político la mandataria está confirmando que es un desastre y que sí tiene asuntos que ocultar, pues si hubiera actuado con limpieza, sería la primera en buscar la oportunidad para aclarar todo y dar la vuelta a la página de un asunto que ha ido creciendo como una bola de nueva por la falta de transparencia de quien debería mostrar siempre las manos limpias ante los ciudadanos.