Conversando con un gran físico que se desarrolla en el extranjero y que siempre piensa en su patria, llegamos a la conclusión que no solamente en el Perú existen personajes “científicos” que politizan las investigaciones pretendiendo fama mediática y que enseñan con errores, para luego disculparse diciendo: “la ciencia se equivoca”.

Esto no estaría mal si supieran corregirlo, pero usan como base esta información para crear pronósticos erróneos que hacen a los administradores tomar decisiones que no entienden, lo que genera el caos que vivimos.

Mi gran amigo explico muy simple el fenómeno El Niño. Lo comparó con un elefante, que en el Perú mueve la colita y nos destroza. Sin embargo, acá estamos pendientes de todo el animal, que solo debería ser una referencia. Lo importante sería concentrarnos en lo específico, en lo que nos afecta directamente en cuencas y valles. En Australia, por ejemplo, se preocupan por la trompa del elefante, y en Japón por las orejas. Los peruanos deberíamos centrarnos en lo específico, pero estamos lejos de eso por la presencia de personajes con afán de figuración que solo obtienen información general del exterior a través de internet.

Por eso debemos conocer y modelar nuestra realidad climática a escalas de quebradas y cuencas. Así podríamos realizar un plan estratégico de los diversos fenómenos recurrentes que no es solamente El Niño, y con ello administrar y prevenir. Pero es importante reconocer nuestros errores. Los modelos matemáticos son creados por nosotros y si no los sabemos usar, nos es culpa de los modelos.

El gran físico amigo mío me dijo : “Este efecto del figuretismo no está solo en el país, vine desde los más tigres que se niegan a reconocer errores, la ciencia no se equivoca, la contaminan”.

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