El niño y el pescador por Cayetana Aljovín (OPINIÓN)

El 2023 será recordado como un año donde la naturaleza nos jugó una mala pasada. Así, cuando esperábamos que por fin nos dejara “La Niña” y pudiésemos retornar a condiciones normales, apareció Yaku y casi en simultáneo El Niño Costero al cual se sumó la confirmación, por parte de la NOA, de la llegada de un Niño Global.

Ello, como es evidente, complica las actividades de la pesca, en especial la industrial, la cual -hasta la fecha- no puede pescar porque debido a estas condiciones aún no se da inicio a la primera temporada de pesca de anchoveta en la región norte centro. Esperamos que las condiciones cambien y que luego de las investigaciones que IMARPE viene realizando, se pueda desarrollar por lo menos una temporada corta, en beneficio de todos los peruanos.

Ello, toda vez que el impacto negativo que tiene sobre la economía del Perú el hecho que no exista temporada de pesca, es devastador.

Así, por lo pronto, el BCR ya ajustó las cifras de crecimiento del PBI para este año. Ello, por cuanto en un año normal, el sector pesquero aporta entre el 1.5% y 2.5% del PBI directa e indirectamente; representa más del 7% de las exportaciones (solo harina y aceite de pescado equivalen al 4%) y genera más de US$ 1,000 millones en divisas por temporada. Por otro lado, la pesca industrial contribuye con el Estado con más del 47% de su utilidad operativa debido a la carga impositiva que soporta y finalmente, y quizás más importante, es que en una temporada las ventas de terceros se incrementan hasta en un 60%, en beneficio de las comunidades de las zonas pesqueras.

Por ello, en el día de San Pedrito, fecha en que escribo esta columna, pedimos por todos los pescadores: artesanales; industriales; de madera; de acero; del norte, del centro y del sur; costeros y de altura; para que El Niño sea tan moderado que no les afecte, y que más bien se lleve consigo a la pesca negra e informal, que tanto daño nos hace. Se dice que el que pide poco es un loco, así que no escatimemos esfuerzos en los ruegos. Vamos con fe y esperanza.