Entre la visita del Papa a tres países sudamericanos y las inoportunas declaraciones del presidente Humala en España ha pasado desapercibida la VII Cumbre de los BRICS, que se llevó a cabo simultáneamente con la de la Organización para la Cooperación Económica de Shanghái en la ciudad de Ufá, en Rusia.
Entre los principales acuerdos, podemos destacar la creación del Banco de Desarrollo de la Zona Euroasiática con un fondo inicial de 2 mil millones de dólares. A la misma han solicitado su adhesión la India y Pakistán, con lo cual la conformarían cuatro potencias nucleares: Rusia, China, India y Pakistán.
En esta conferencia múltiple se ha acordado el desarrollo de un plan de estrategia para la cooperación económica hasta el año 2025. Aunque estas conferencias estaban acordadas de antemano, se les ha visto como una respuesta a las disposiciones en contra de Rusia por parte de EE.UU. y la Unión Europea.
Pero lo más importante de todo es que se ha consolidado la creación de una zona de libre comercio entre los países de Euroasia, China, India y Pakistán, de proyecciones inmensurables debido a los potenciales de cada uno de los integrantes, por lo que podemos calificar la reunión de Ufá como de un gran éxito, especialmente para Rusia, que emerge como la gran líder.
Brasil, que es miembro original de los BRICS, también ha salido bastante beneficiado, pues se ha convertido en importante plaza para inversiones del área, ya que solo en el caso de China se ha hablado de un potencial de inversiones chinas del orden de los 10,000 millones de dólares.
Por otro lado, a Rusia se le ha abierto un enorme potencial para sus exportaciones, que actualmente sufren por las restricciones impuestas por Occidente. Asimismo, tanto la India como Pakistán, pero especialmente el primero de ambos, que ha desarrollado una gran industria de exportación, ven levantadas las barreras para sus productos en una zona económica no solamente inmensa, sino que hace frontera con su país. China, por su lado, consolida su presencia económica e influencia, y nosotros lamentablemente seguimos sin ver ni prestar atención a lo que pasa al otro lado del mundo por estar enfrascados en dilemas coyunturales y de poca monta, perdiendo oportunidades en los temas que definirán el futuro.