Hay un plan en marcha. Un plan destinado a fracasar, pero por el que habría que prender todas las alarmas y adoptar todos los resguardos. Pedro Castillo sabe que está legalmente destruido y que la corrupción acometida le impedirá completar sus 5 años de Gobierno.

Por ello, aspira a que una convulsión social gestada por grupos radicales, ronderos revoltosos, gremios de izquierda, grupúsculos prosenderistas, huestes etnocaceristas y toda la lacra sindicalista especializada en agitación lo ayude con un escenario de catástrofe que justifique el cierre del Congreso y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.

Hay varios hechos que podrían acelerar este plan burdo gestado desde las entrañas de Palacio y publicitado por el inimputable de Aníbal Torres. Uno, si la detención de Yenifer Paredes y lo que se ha denominado como la “Chota Nostra” pasa de una prisión preliminar a varios meses de cárcel preventiva; dos, si la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, decide la detención también de la primera dama, Lilia Paredes, y los hermanos de esta, todos involucrados en la mafia de obras direccionadas para distritos de Cajamarca; tres, si se entrega el exministro Juan Silva y presenta más pruebas contra Castillo (es falso que no existan y son suficientes para vacarlo) y, cuatro, si desde la Fiscalía de la Nación se plantea una acusación constitucional contra Castillo y la suspensión del cargo por las pruebas rotundas que obran en su poder y que congresistas indignos y comprados como mercancía barata se niegan a aceptar.

Que arda Troya es lo que más le conviene a un régimen que se desmorona, que carece de legitimidad y que solo busca usufructuar del poder por el mayor tiempo posible porque detrás de él solo tiene los barrotes de la cárcel. Antes de acometer el autogolpe, lo que Castillo quiere es que se geste el escenario. A eso apuntan con los Bermejo entrando a Palacio, con los Cerrón aconsejándolo y con las puertas abiertas del Poder Ejecutivo para toda aquella inmundicia gremial que vocifera al unísono ¡cierre del Congreso ya!.  Los hechos hablan por sí mismos. Estamos advertidos.