No hay duda que la presidenta Dina Boluarte se ha subido al carro del populismo y que ha sentido el golpe de la marcha del sábado último por las calles del Centro de Lima, contra el reglamento al sistema de pensiones que deja amplio espacio para la crítica porque incorpora a los independientes que muchas veces hacen malabares para sobrevivir, impide retiros anticipados del 95,5% de su plata a los menores de 40 años e involucra al Estado en el pago de una pensión mínima en caso los depósitos en las AFP no alcancen para eso.
Su sorpresiva postura en favor de un eventual octavo retiro de fondos de los afiliados a las AFP que creemos en breve va a ser aprobado en el Congreso donde hay 24 proyectos para tal fin, colisiona directamente con lo señalado días antes por el ministro de Economía y Finanzas, Raúl Pérez Reyes, quien había indicado en el Parlamento que el Poder Ejecutivo estaba en contra de tal medida porque de concretarse, un gran número de peruanos se quedaría sin pensión para su vejez.
¿A quién le creemos?, ¿cuál es el rumbo de este régimen? De este Congreso lleno de reeleccionistas no se pueden esperar muchas cosas, además si fue el que aprobó el cuestionado reglamento y ahora desde la mayoría de bancadas dicen estar en contra y que es necesario derogarlo. Sin embargo, se entendía que los técnicos del Poder Ejecutivo tenían otra visión en contra de un nuevo retiro de fondos, aparte de los siete anteriores que ya hubo desde que empezó la emergencia por la pandemia de COVID-19.
Pero más allá de las idas y venidas del Poder Ejecutivo, lo cierto es que el reglamento del sistema de pensiones ha caído bien a muy pocos. La gran mayoría perciben a las AFP como entidades abusivas que se benefician incluso cuando los afiliados pierden debido a las fluctuaciones de los mercados, y que al cabo de largos años de aportes obligatorios, no pagan pensiones que permitan una vejez digna, que es lo que se ofreció hace más de 30 años, cuando salieron al mercado.
Cualquier reforma de algo tan trascendental como es el sistema de pensiones, debería estar en manos del próximo gobierno y el próximo Congreso. La presidenta Boluarte ha demostrado que va hacia donde la empujen los vientos, todo en su afán por sobrevivir hasta julio del próximo, y este Parlamento está lleno de gente capaz de cualquier disparate para llamar la atención y atraer votos. Miren nomás cómo actúa José Luna, el dueño de Podemos. No hay condiciones para trabajar con responsabilidad.