GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

El Partido Popular Cristiano es sinónimo de Luis Bedoya Reyes, su líder y fundador, pero también de la casona ubicada en la avenida Alfonso Ugarte 1484, Breña. ¿No les pasa que, por una cuestión antonomásica, cuando escuchan hablar del PPC, inmediatamente se teletransportan al local vecino a la Plaza Bolognesi, no sin antes evocar al “Tucán” Bedoya? La gente encuentra una adherencia impostergable entre estos elementos, que se ha fortalecido con el paso del tiempo.

¿Y a qué viene tanto rollo con el PPC y su sede institucional? Ahí vamos. La histórica casa de los pepecistas, allí donde se forjaron los colosales discursos de Bedoya Reyes, está en venta, según ha confirmado el excongresista Javier Bedoya de Vivanco (“Tucancito”).

Resulta que la casona no le pertenece al PPC sino a una inmobiliaria en la que muchos fundadores y dirigentes pepecistas son accionistas. Esta, mediante contrato, se la cedía al partido, y así funcionó hasta hoy. El colofón es que estos señorones (“menos los Bedoya”, dice Javier), ante ofertas tentadoras de compra, han decidido venderla al mejor postor.

Los pepecistas de vena han pegado el grito en el cielo, porque eso implicaría una expulsión en el mediano plazo, y otro tanto se ha puesto verde con la noticia. Y es que esta inminente pérdida de dominio llega en la antesala de los 50 años de la agrupación, sumida en una crisis institucional sin visos próximos de solución.

“Nos fue espantoso con la Alianza Popular, no tenemos representación en el Parlamento, casi estamos borrados del mapa y encima esto”, es un murmullo que seguramente llegará a viva voz al congreso prometido por Raúl Castro Stagnaro para antes de fin de año, con elecciones internas incluidas.

Si la venta prospera, el tradicional Partido Popular Cristiano quedará como esos clubes de fútbol que están en la primera división, salvaron la valla de descenso, pero no tienen dónde entrenar ni cómo inducir una política ganadora a sus jugadores.

Frente a esta situación, no se entiende entonces cómo Lourdes Flores, que si no ha sido parte de la solución entonces es parte del problema, ya lanzó al ruedo a Marisol Pérez Tello, la actual ministra de Justicia, como su posible carta para los comicios de 2021. Primero hay que poner orden en la casa y, si se puede, evitar el remate. ¿No le parece?

TAGS RELACIONADOS