Sobre el tema educativo en su primer mensaje el presidente de la República dijo: “declararemos la educación pública en estado de emergencia, para recuperar los aprendizajes y evitar que la falta de equidad siga creciendo” Debiera comenzarse por la infraestructura educativa por 5 años. Luego dijo: daremos “un presupuesto suficiente para la Educación Pública Básica y Superior”.
Entonces en el presupuesto 2022 se debe considerar los mil millones para la deuda social y un aumento de haberes a los docentes, revisando y aplicando las evaluaciones de nombramiento y generando más plazas en las altas escalas para los ascensos. Señaló bien que se mejorará la distribución de los recursos que ayuden a superar las brechas profundizadas por la pandemia.
Y que se garantizará la vacunación de todos los docentes y no docentes, así como las medidas de bioseguridad en todas las instituciones para volver a las clases presenciales el 2022. Me pareció pertinente plantear que los planes curriculares sean diversificados por los maestros en los colegios, lo que nos permite inferir que el Currículo Nacional no se cambiaría nuevamente, sino que se mejoraría.
Sin embargo, es preocupante la intención de impulsar el ingreso libre a las universidades y educación superior. Con esta política creo, por una parte, los últimos años se podrían convertir en “academias preuniversitarias” y los centros superiores no tendrían condiciones de calidad para formar buenos profesionales.
Y, además, se afectarían los aprendizajes y una formación donde los jóvenes logren saberes para ser ciudadanos saludables física y socioemocionalmente, así como productivos para progresar con equidad e inclusión ( PEN al 2036). Finalmente, el Minedu debe saber que en los 80 y 90 había educación en áreas técnicas en los últimos 3 años de secundaria, lo cual fue un fracaso. Más bien deben relanzarse los 1700 colegios técnicos que están abandonados por el Estado.