Hace poco el presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, anticipó que la Policía Nacional del Perú será declarada en emergencia. El objetivo es mejorar el equipamiento y lograr mejores recursos como vehículos, equipos de protección y capacitar a los efectivos.

Si bien es cierto que el 48% de peruanos cree que capacitar mejor a los policías para que realicen mejor su trabajo ayudaría más a la Policía Nacional para combatir a la delincuencia, según una encuesta de Ipsos, hay que tener en cuenta que el 44% estima que se debe controlar mejor a la policía para evitar los actos de corrupción en esta institución. Está claro que los ciudadanos ven también como un problema mayor los escándalos de los policías vinculados a organizaciones criminales, robos, extorsiones, etc.

Es por ello tan impactante que el 50% de los peruanos crea que las razones por la que muchos delitos no se denuncian es por miedo a represalias de los delincuentes, pero el 38% dice que es por miedo a corrupción en la policía. Quizás por eso, 7 de cada 10 peruanos desconfía de la Policía Nacional con relación a su trabajo para luchar contra la delincuencia. Y lo más serio es que el 45% de encuestados por Ipsos expresa que la corrupción en las instituciones de seguridad y justicia es la principal razón del aumento de la criminalidad en Perú.

Así que de nada sirve implementar mejor a la PNP para luchar contra el crimen si no hay medidas y mano fuerte para moralizar esta institución. El Congreso, que es la institución en la que más desconfían los peruanos (92%) para luchar contra la delincuencia, debe dejar de encogerse de hombros y mirar a otro lado. Es momento de dictar leyes a favor de la gente y no de los delincuentes.