El presidente de la Confiep, Jorge Zapata, ha tendido el puente entre el Estado y el empresariado para sacar adelante diversos temas pendientes que impactan en la ciudadanía. Y claro, no es una labor filantrópica, pero sí vale la pena que se recupere la confianza en quienes mueven la economía nacional junto al sector público. Nos hemos quedado con el recuerdo del Club de la Construcción, el grupo de grandes empresarios que se repartían la torta de las licitaciones para obras públicas, como parte de un sistema corrupto que aceitaba a malos funcionarios para ganar de manera ilegal inversiones millonarias estatales. ¿Cómo remediar esta imagen?

Es la primera vez que un representante de la gran empresa se preocupa y propone alternativas para frenar la inseguridad ciudadana; tal vez sea por el golpe a la gran minería, como en Pataz, donde el crimen organizado ha logrado desbordar las estrategias policiales. Ese serio interés es un mensaje positivo para volver a creer en el sector privado, que no solo sea un simple observador.

Lo mencionado por Zapata incluye la colaboración público-privada en la solución de otros grandes problemas nacionales, como el destrabe de obras, donde 43,600 millones de soles invertidos aún no rebotan en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque este mal no es de ahora, valdría la pena revisar y mejorar los procesos de las licitaciones públicas.

No menos importante es la preocupación del empresariado por evitar contar con 40 o 50 candidatos presidenciales. En entrevista con El Comercio, refiere Zapata que lo ideal es buscar consensos y presentar propuestas en bloques. Esperemos que en el transcurso de la campaña se cumpla, como creo que sucederá en un mar donde los peces gordos engullirán a los chicos.